martes, 9 de marzo de 2010

Cuidado con la soja. Parte III. Valores nutricionales


Durante varios años nos han bombardeado con información relativa a las abundantes propiedades beneficiosas para la salud asociadas a la ingestión de soja en sus distintas formas, sin presentar ningún problema ni contraindicación a cambio. Tal información es como mínimo sospechosa, teniendo en cuenta las notables cantidades en que nos sugieren tomar la soja. De hecho, recientemente empiezan a escucharse voces que denuncian posibles problemas asociados a una ingestión excesiva de soja. Esto toma mayor importancia si consideramos que se está utilizando algún derivado de la soja en multitud de alimentos que antes no la incorporaban (galletas, zumos, cereales, aceites, leche), y en los que ni siquiera somos conscientes que lo contienen. Así que conviene no hacer oidos sordos a esas voces y por lo menos escucharlas.

Existen claramente dos bandos: pro-soja y anti-soja. Los pro-soja dicen que los anti-soja están pagados por la industria lechera (de vaca se entiende) y los anti-soja dicen que los pro-soja están pagados por la industria de la soja. Puede que haya algo de verdad, por eso siempre hay que tener en cuenta quién está detrás del estudio que estamos considerando. No cueata nada poner en el buscador de internet el nombre del responsable de un estudio y ver si tiene alguna relación con alguno de los dos bandos.

Los supuestos beneficios de la soja podríamos dividirlos en dos grupos, por un lado tenemos los relacionados con sus valores nutricionales (proteínas, vitaminas y minerales, grasas saludables, ...), y por otro los relacionados con el alto contenido en isoflavonas (prevención de cancer, problemas cardiovasculares, habilidad mental, osteoporosos, mejora sintomas de la menopausia, ...).